Me levanto, agotada y derrotada de un sueño nada reparador, sino cansado y que parece absorverme más la vida que darme descanso, una ducha y comienzo a revivir, un nuevo día un nuevo horizonte pero segun va avanzando el día todo parece ir decayendo, todas las posibilidades, todos los planes, cuando llego al medio día ya estoy hundida, cuando llega la noche ya me siento en un pozo y como días anteriores vuelvo a irme a la cama con lagrimas en los ojos.
Alguna vez pienso "Voy a superarlo, voy a centrarme, voy a volver a ser yo" pero no es nada fácil, porque cada día que pasa cada amanecer parece menos esperanzador y cada noche más y más desgarradora.
Me quedo durante horas ausente, recordando el pasado, pensando en el presente intentando imaginar un futuro, que cada vez parece tornarseme más cruel, o igual es solo mi imaginación, comienzo a reflexionar sobre si merece la pena vivir, si realmente merece la pena vivir. Desde la adolescencia, siempre he sido una persona que hablaba con facilidad de esta, que no la temia pero que no por ello la deseaba, ahora a veces más de las que quisiera la deseo, pero la cobardia me salva o me condena y sigo pensando y pensando y pensando sin fin.
Y pienso ¿el sentido de la vida? ¿que pasaria si no existiera? ¿porque vivir? ¿y si... ? y me perdio en preguntas y más preguntas, todas ellas terminando en que un mundo sin mi seria un mundo mejor incluso para mi, porque cuando no se existe no se padece, pero sigo siendo una cobarde.
Así pués vivo de la cobardia, ella me da aliento y me condena, conclusión de todo esto... los cobardes viven más.